Monday 7 September 2009

TE DOY UN PESO SI...

Recuerdo al mozalbete pelirojo que vivìa a una cuadra de la casa de mis padres. Si acaso era menor por un año, pero era el tipico wey que por dinero, vendìa hasta a su madre. Por eso, cuando era la niña consentida de la casa paterna, hacia y deshacia sin miramientos, claro, tenìa mis regañadas, pero eran màs encantadores mis ojos pispiretos mirando a mi padre, que se le pasaba el berrinche y el enojo y yo volvìa a las andadas. Recuerdo al pelirojo por una simple cosa: el peso incondicional que le daba si jugaba con la primita y conmigo. A la prima turuleta que tengo y a mi, nos encantaba vestirnos de reinas y hacer nuestros propios concursos de belleza en el cuarto, nuestro pùblico eran las monas -noseiamamona se llama barbi- y los peluches hediondos, que poniamos en circulos, mientras la primis turuleta pasaba, se presentaba, movia cadera, culo y ojos pispiretos cuando decia el paìs que representaba y su nombre. Luego seguìa yo, haciendo las mismas ridiculeces infantiles. ¡Pero carajos! siempre terminabamos de la greña, con un ojo morado, rasguños y nos dejabamos de hablar por dìas, porque ambas sopencas, querìamos a como diera lugar la corona de papel dorado! Pero un buen dìa, un buen santo dìa, se nos atravezo el maldito pelirojo justo a la entrada de la casa, cuando la primis y yo, despuès de no hablarnos por una semana, haciamos las pases y decidiamos volver a ser amigas y primas. Mi primis la turuleta quizò jugar de nuevo a las reinas de belleza y se empeño tanto, que dije sipiri.
Pero la otra muy sabihonda le pidìo al colorao que jugara con nosotros y èl decidiera quien era la màs grande belleza del paìs, que digo del paìs, del mundo, que digo del mundo, del cosmos entero si la nasa nos lo permitia! y el pinche pelirojo:
-Naaaaà! yo no juego con niñas bobas!-
Y la primis: Andale, no seas malito colorao, juega si?-decìa mientras movìa las pestañas como ventilador desvencijado y hacìa mutis de señorita pròxima reina de belleza mundial!
y el otro que no y no y no y no y durante minutos la prima que sì y el colorao que nope.
No sè de donde se me prendiò el foco y le propuse al colorao pelirojo que por un pesote de aquellos, jugara con nosotras dos, y el otro con cara coloraà de avaricia, para pronto dijo que orales puesssssssssssss! Y buee, pues la turuleta de mi prima y yope, nos calzamos las zapatillas de mi madre, los vestidos de noche, una que otra joya y empezò el show! pero la primis no tan turuleta, dijo que no era justo que solo nosotras dos concursaramos, porque siempre saliamos del chongo porque ambas queriamos ganar, que faltaba una màs! asì que mirando al colorao y despues del poder de convencimiento que da la plata, por otro peso, acepto maquillarse y ponerse los vestidos y zapatillas de mi madre y concursar con nosotras. ¡Ay que recuerdos!
una semana ganè! otra ganò la primis y otra el colorao! ay sipiri, que recuerdos, aquel mozalbete colorao con pecas, enfundado en una vestido largo de canutillo que pesaba màs que èl mismo y que mi madre guardaba celosamente en su clòset y las zapatillas altooootas negras de ante y esos guantes de piel de rusia heredad de la tìa cotorrita, y el maquillaje chingate està pupila que le poniamos al weon! Pero...Un buen dìa, cuando la primis y yo, llegamos contentisimas a tocar la puerta de su casa e invitarle a participar de una vez màs en miss ranchito 81, y despuès de un rato de insistir con el timbre, la puerta se entreabrio y lo ùnico que vimos fue un ojo negro, entre pecas y cabellos coloraos:
-¡Psst, vayanse, ya no quiero jugar màs!
-¿Porqueeeeeeè? -dijimos ambas al unìsono.
-psttt, mi mà y mi apà, no quieren que vaya con ustedes ya nunca màs
-¿Porqueeeeeè?-volvimos a preguntar
-¡Pssst...porq...-Y una voz furica se escuchò tràs el colorao y la puerta se abriò de par en par y la mà del mozalbete con ojos chinganiñas, se nos quedò mirando y dijo con voz atronadora:
-¡A la chingada par de cabronas! A mi tonino no lo vuelven a vestir de maricòn!
Asustadas corrimos a escondernos a la casa y màs en chinga que aprisa, cerramos la puerta del cuarto y entre risas y miedo, nos quedamos jetonas.
El colorao no me volviò a hablar, hasta que ambos entramos a la adolescencia, por bruta yo habìa repetido un año en el cole y me tocò estar en el mismo burdel de monjas que el colorao y en el mismo pinche salòn...Bueno esa es otra historia, lo que sì es que, ya no le pagaba un peso por vestirlo de miss ranchito, le pagaba màs por desvestirlo! por cierto en una de esas desvestidas, me contò que una tarde en que sus padres tomaban la siesta y sus hermanos mayores, no se encontraban en casa, entro sigilosamente al clòset de la madre, escogiendo su mejor vestido, su mejor abrigo y las mejores zapatillas, tambien los pomos de perfume, y todo el maquillaje que pudo cojer con dos manos. Sus padres despertaròn por el estruendo que escucharòn en el cuarto de su hijo, abrièron la puerta y se encontraron a su precioso hijo el colorao con la jeta reventada del chingadazo que se diò al modelar frente al espejo, la gran corona de papel de aluminio que habìa confeccionado para su propia coronaciòn. La zapatilla se le enredò en el vestido, tropezò con tan mala suerte, que tirò la pequeña teve de su cuarto haciendose mierda y entre la mierda, èl mismo golpeandose la jeta y el ojo. La zurra que le pusieròn fue tan memorable, que jamàs volviò a usar los vestidos y maquillajes de su madre-despuès me enterè que cuando empezò a ganar desvistiendose para mi, se los compraba èl mismito!- Todo estò me lo contaba Alexa, mientras bebiamos un martini y esperabamos la hora de ir de shopping al mall.
para òxido de la masmèdula Joel Langarika

1 comment:

Anonymous said...

jajajajajaja